El gato Bengalí o gato Bengala es un animal relativamente nuevo que nace de un cruce entre un gato leopardo y un gato doméstico. De esta forma se consiguió un gato muy amoroso con el comportamiento parecido al de un perro, pero con la apariencia de un leopardo.
Estos felinos no pasan desapercibidos allí donde estén por su pelaje tan original y su tamaño grande y musculoso. Si deseas leer más información del gato Bengalí, ¡sigue con nosotros!
Puedes disfrutar de fotos y vídeos de gatos Bengalíes en nuestra galería de fotos y en la galería de vídeos o también en nuestro canal de Youtube.
Disfruta en esta comunidad e interactúa con nosotros. ¿Has visto algún gatito Bengalí?
¿Sabes dónde conseguir un gato Bengalí? ¡Sigue en este sitio, deja tus comentarios y disfruta de nuestros artículos!
Índice de contenidos
Origen
La historia del gato Bengalí fue de la mano de una profesional de la genética americana, Jean Mill. Esta psicóloga perteneciente a un grupo de criadores de California amaba esta especie y quiso crear una raza de gato híbrido con el pelaje de un leopardo, pero con el carácter y el tamaño de un gato. Sin duda, consiguió gatos domésticos preciosos y dóciles.
En el año 1963 empezaron los intentos mediante un programa de cría. Para ello, se utilizó una gata americana de pelo corto y un macho de leopardo asiático salvaje (Felisbengalensis). Este felino atractivo y esbelto de entre 3 y 5 kg de peso, puede encontrarse en los bosques de Corea, India, China, Singapur, Filipinas, Taiwán o Tailandia.
En los años 70 se afirmó este linaje de gato Bengalí, después de probar cruces de gatos con las razas Mau Egipcio, Ocicat, Abisinio y Siamés. En los primeros cruces, los machos salieron estériles. Las hembras si eran fértiles y la única que sobrevivió (llamada Kin-Kin), se cruzó con su padre y nacieron dos gatitos: uno negro con temperamento muy nervioso (como los leopardos) y otro con manchas y un comportamiento mucho más tranquilo, como su padre.
Tras cuatro generaciones, en el año 1985 se fijó la raza y empezó oficialmente la cría de los ejemplares gatunos, reconocidos por la CFA estadounidense y por la FIFE en Europa. Aunque algunas asociaciones que reconocen la raza, no están de acuerdo que sean aptas para exhibiciones, por tener sangre de antepasados salvajes.
Características
¿Cómo reconocer un gato Bengalí? Esta raza tiene un aspecto musculoso, robusto y fuerte con colores base en amarillos, grises, beige, dorados y naranjas. Todos estos tipos siempre combinados con rayas negras, marrones, chocolate o canela. Su cola gruesa y de tamaño mediano, se va haciendo más fina según va llegando a la punta (que siempre será de color negra).
Este gato de gran tamaño y compacto, tiene la cabeza más larga que ancha (forma de trapecio), unas orejas cortas, anchas y de puntas redondeadas. Sus mandíbulas de buen cazador son fuertes, anchas y recuerdan perfectamente que viene del leopardo.
¿Cuánto mide un gato Bengalí? Un ejemplar macho adulto, tiene una medida de alrededor de los 68 centímetros desde la cabeza a la punta de su cola. Los machos pueden llegar a pesar entre 7 y 9 kilos y las hembras entre 5 y 6 kilos. ¿Te esperabas este tamaño para un gato Bengalí?
Sus ojos son grandes y ovalados (forma almendrada) y un color amarillo verdoso que no te dejarán indiferente. Tiene una nariz larga y amplia de color rosado y con una línea negra bien fina.
Esta raza es una de las pocas que puede tener el manto atigrado. Gatos de pelo corto, suave y espeso que se chafa contra el cuerpo y que te darán un tacto muy agradable al acariciarlos. Sus manchas circulares están repartidas por todo su cuerpo, incluida la barriga.
En sus hombros, las motas son sustituidas por líneas horizontales y en la cola veremos que tiene anillos circulares. En esta raza se reconocen hasta cinco posibles colores en su estándar: brown spotted tabby, brown blotchet tabby, seal tabby point, seal sepia tabby y seal mink tabby.
De vez en cuando, la naturaleza y la genética darán a nuestros ojos la posibilidad de ver nacer un gato Bengalí blanco (Snow). Esto es así por el gen albino que de vez en cuando está presente.
Es motivo de descalificación en un concurso, un gato Bengalí sin manchas en el vientre, o si las almohadillas de estos animales no coinciden con el tono de su pelaje. ¿Te gustaría adoptar un cachorro de gato Bengalí? ¡Es un regalo del cielo!
Carácter y cría
El carácter del gato Bengalí es muy especial y distinto al de otras razas de gatos. Son animales activos y juguetones con los que no te aburrirás para nada. Un minino curioso y cariñoso al que le gusta que le prestes atención.
Si has tenido mascotas de estos ejemplares, habrás comprobado cómo persiguen a su dueño por la casa o a cualquier lugar durante todo el día, para estar siempre junto a él. A ratos, te traen la bolita, el ratón o su juguete favorito hasta tus pies, para que se lo tires lejos de nuevo. Rasgos que hacen pensar en el comportamiento de los perros.
Si buscas una raza que tenga buenas relaciones con otros gatos e incluso llegar a convivir con otros animales sin ningún problema ni conflicto, sin duda, es el gato Bengalí. Además, tras un periodo de adaptación de varias semanas, tu felino Bengalí disfrutará de sus nuevos mejores amigos y estará dispuesto a compartir su espacio.
Les encanta meterse en cajas y espacios pequeños para esconderse o jugar aunque lo ideal para esta raza es que tengas jardín en casa o un balcón donde puedan salir al exterior para ver mundo, cazar algún insecto o perseguir pájaros de vez en cuando.
Si acostumbras a sacar a pasear (con la ayuda de una correa o un arnés), verás que el gato de Bengala se lo pasa en grande y disfruta bastante. Este felino también es feliz comiendo y en muchas ocasiones querrá comer del plato de sus dueños, ¡es un tragón!
¿Cuánto come un gato Bengalí? Lo recomendable es darle 100 gramos de un pienso de calidad (existe uno especial para esta raza), aunque si lo piensas, ¿por qué dejar con hambre a tu mascota?
Los gatos (normalmente) se van racionando la comida ellos solitos, yendo muchas veces durante el día al comedero. Por esta razón, la mayoría de propietarios llenan el comedero y el animal come cuando le apetece durante todo el día. No tiene nada que ver con los perros en cuanto a la manera de alimentarse.
Cabe destacar como curiosidad que a esta raza les encanta el agua y es muy posible que lo veas tocar el agua o bañarse sin mucho esfuerzo (sobre todo cuando tengan calor). ¿Sabes cuánto cuesta un gato Bengalí?
Seguramente es una raza que en alguna ocasión has pensado en buscar qué precio tiene un gato Bengalí. Si quieres comprar un ejemplar en condiciones y con su pedigree, su precio está alrededor de los 800 euros en criaderos de gatos. No son los gatos más caros del mundo, pero si quieres evitar problemas, que te asesore siempre un profesional.
Sé que en Internet hay páginas donde ofrecen ventas de camadas a menos precio y no significa que vayan a ser peores gatos. Sin embargo, debes tener mucho cuidado para que tu futura mascota no venga con enfermedades, una mala salud o problemas incluidos durante toda su vida.
¿Cómo criar un gato Bengalí? La madurez sexual de esta raza llega a los 8 meses en los machos y a los 6 meses en el caso de las hembras.
Los machos maullarán de manera ruidosa e intentarán escaparse si tienen ocasión (además de orinar por algunos rincones de la casa para marcar el territorio). Las hembras tienen un celo muy suave y apenas se irán rozando con la cola hacia arriba por todas partes.
Tras un cruce con éxito de gatos Bengalíes, habrá un periodo de gestación de unos 60 a 65 días de media. Al finalizar, la gata dará a luz a una camada de entre dos y cuatro gatitos normalmente. ¿Te gustaría tener un gato Bengalí bebé en tus manos?
Los cachorros no alcanzarán su madurez completa (gato Bengalí adulto), hasta los 7 meses (en el caso de los machos) y los 10 meses (en el caso de las hembras). Aquí hay que tener algo en cuenta: crece nada más y nada menos que hasta sus 3 años de edad, ¡pedazo de gato Bengalí gigante!
Cuidados
¿Cómo cuidar un gato Bengalí? Tanto si tienes pensado comprar o llevar adelante una adopción de un felino Bengalí, decirte que son animales de pelo corto que no necesitan mucha atención. Ponerle comida, agua, un arenero y cepillarlo varias veces por semana será suficiente. A esta raza les encantan las alturas y si le pones una cama o rascador en algún lugar alto, disfrutará bastante.
No eres ni el primero ni el último que comienza con un cachorro y siempre surgen dudas sobre cómo tratar a un gato Bengalí, si lo estamos haciendo bien o no. Tranquilo, poco a poco y cualquier duda, pregunta a tu veterinario.
Estaremos atentos al cerumen de sus oídos para mantenerlos limpios, así como el sarro de sus dientes (es una raza propensa a crear algo de sarro). Llevaremos al gato periódicamente ante un profesional para una revisión, vacunas o cuando notemos que no se encuentra bien (pérdida de apetito, apatía, etc…).
¿Cómo educar un gato Bengalí? Si lo tienes contigo desde pequeño será algo más fácil decirle donde puede o no puede subirse (utiliza un pulverizador de agua para marcarle o bien un grito firme). Cuando haga algo bien, dale un premio, lo conquistarás por el estómago.
¿Cómo entrenar a un gato Bengalí? Si, has leído bien. Esta raza inteligente es la ideal para entrenamientos con clicker (basados en refuerzo positivo). De esa manera pueden aprender a hacer ciertas acciones cortas (saltar, tumbarse, rodar, darte la patita) a cambio de un premio. Con paciencia se pueden conseguir muy buenos resultados.
Salud
Esta raza es una de las que menos problemas de salud tienen. Son gatos fuertes y sin ninguna enfermedad genética propia que esté registrada. Están expuestos a las enfermedades comunes para todos los gatos como son:
Graves: Leucemia, Panleucopenia, Rinotraqueítis, Calcivirus, Neumonitis, Inmunodeficiencia, Peritonitis y Rabia.
Comunes leves: Alergias, Conjuntivitis, enfermedad Periodontal, Otitis, obesidad, sobrepeso, resfriados y envenenamiento.
De forma específica, los problemas propios del gato de Bengala pueden ser los siguientes:
Luxación pateral
Es un problema que aunque también pueden sufrir otras razas de gato, se da con mayor proporción en el gato Bengalí. Consiste en el desplazamiento de la rótula fuera de su sitio en mayor o menor grado. Este problema se da o bien por origen genético del animal o por algún accidente.
La rótula puede recolocarse correctamente ella sola y de no ser así, tendremos que ir al veterinario para que la ponga en su lugar, con el menor dolor posible para el felino. Para controlar este problema, se le harán radiografías al gato y así poder saber si se puede arreglar mediante operación o simplemente evitar que suceda más veces. Si hay dolor, es posible que el gato vuelva a casa con una pauta de antiinflamatorios.
En algunos casos nos pueden recomendar que el gato pierda peso para que el problema suceda con menor frecuencia, así como cambiar a una alimentación que fortalezca sus tendones y ligamentos. En algunos casos incluso, se han recomendado sesiones de un fisioterapeuta felino para ayudar al minino.
Miocardiopatía hipertrófica
Se trata de un problema cardíaco donde el músculo del corazón aumenta de tamaño, dificultando al órgano trabajar con normalidad (le costará más hacer su función). Notaremos al gato más cansado y escucharemos jadeos. Es un problema más común en gatos de avanzada edad, cuando su corazón ha estado un largo tiempo trabajando forzado.
A raíz de este problema pueden venir otros como la trombosis que puede derivar en una insuficiencia cardíaca, letal para nuestro gato. Ante la duda de estos síntomas, acudir al veterinario para confirmar qué le pasa a nuestra mascota. Seguramente con dieta y medicación, el gato podrá seguir viviendo con normalidad.
Alergias anestésicas
Es una alergia curiosa a la que es partidario el gato Bengali. En su día a día no se verá afectado pero habrá que tenerlo muy en cuenta si hay que operarle de algo y recordarle al veterinario que nuestra mascota puede ser alérgico a la anestesia. Nuestra recomendación es dirigirse a un veterinario especializado solo en gatos ya que es un problema donde hay que hilar muy fino.
Atrofia progresiva de la retina
Es una enfermedad genética que afecta a los ojos del animal y que no es posible de detectar hasta que se da. Nuestro gato de Bengala puede ser portador de este gen y nunca dar señales de aparición del problema. Pero si podrá pasarlo a sus hijos.
Este problema puede aparecer desde joven y consiste en el deterioro de los conos y los bastones de la retina, hasta provocar ceguera al animal, a largo plazo. Cabe recordar que esta raza es propensa a tener cataratas, pero ese sería otro problema, que además es operable.
Podremos darnos cuenta si notamos que nuestro minino empieza a estar más torpe de lo habitual. En algunos casos se pueden ver cambios físicos en el ojo. Al primer motivo que podamos sospechar, visitar rápidamente al veterinario ya que cuando antes se detecte, mejor.
Tras este artículo del gato Bengalí, ¿te atreves con uno?